Ser mujer y empresaria es posible pero...

Estimada audiencia. Raras veces ocupo esta plataforma para hablar en primera persona. Trato en la medida de lo posible destacar las noticias que considero merecen ser promovidas en mi blog. Entre ellas el tema del medio ambiente, la responsabilidad social, las oportunidades de desarrollo personal, avances en algunos temas nacionales, historias exitosas entre otros temas en los que la utilidad de la noticia, llegue a las audiencias. Sin muchas pretensiones mi objetivo es hacer uso de las redes sociales y los espacios democráticos que ofrece la internet para, sin pedir permiso a nadie, publicar masivamente.

En esta ocasión me nace compartir la experiencia en la que he recopilado testimonio de mujeres, incluyéndome, en los temas de emprendedurismo. Saben, al respecto debo mencionar que una de las razones que me motivó a abrir o emprender una idea de negocio fue la necesidad de ganar dinero, nada más; no había otra razón, no existía en mi mente esta frase romántica que escuchamos a veces como: "El sueño de mi vida fue tener este negocio...." , JAMÁS, ni por los pies siquiera me pasaba esa frase, menos por el cerebro. Yo sólo quería ganar dinero ¿para qué? simple, para pagar la luz eléctrica, el agua, la renta, la comida, el teléfono, la internet, el jabón de baño, la pasta de diente..la lista sigue y no les aburriré con eso.

Quizás algunas mujeres que hoy tienen sus negocios tuvieron más suerte y sabían lo que querían, pero está comprobado administrativa y sociológicamente que las empresas exitosas de mujeres iniciaron no sólo con un sueño, sino por una gran necesidad de ganar dinero y sacar adelante sus vidas, las de ellas y sus familias.

Así pues en esa búsqueda de la subsistencia, te encuentras con grandes desafíos - dicho en palabras comunes "grandes clavos"- que te llevan a requerir toda la fuerza que hay en nuestra humanidad y comienzo a enumerar: Horas largas en el negocio, días enteros sin ver a tus seres queridos, noches absurdas de desvelo planificando tu próxima movida, y si ya estás en la jugada, desvelos interminables trabajando para entregar el producto o servicio y si eres de las que no les gusta los prestamos grandes, comienzas tarjeteando para no deber a los proveedores menores.

Así pasan los primeros meses y pareciera aquello no tener fin. Tus días y noches son los mismos, y para las que tienen novio, esposo, nueva conquista o priores nada, "amen de tener sexo", así es querido o querida lectora, no tengo vergüenza de decirlo, soy humana y por mis venas corre sangre no coca cola, pero les diré algo peor, hasta se llega a olvidar las fechas de tu propio cumpleaños, claro, menos las fechas que te toca pagar planilla al "colaborador" de turno. Las y los que se sientan identificados con algo de esto por favor diga ¡¡Amen hermana¡¡

En ese periplo algunas engordamos otras adelgazamos, desarrollamos alergias, se nos cae el pelo, desorden en la menstruación y en el peor de los casos hasta llegamos a desarrollar diabetes, nuestras defensas bajan, nos volvemos irremediablemente mujeres maquinas y se nos olvida que somos humanas.  Llega un momento que sólo nos detiene aquel ser que amamos, que significa mucho y lo es todo, los hijos, las madres, el padre, tus sobrinos, tus hermanos, tu esposo y lo irónico es que aún cuando faltemos nosotras, siempre se las ingeniarían para vivir, porque la vida sigue ¡ah! pero nos volvemos la mujer maravilla, porque el fracaso no va con nosotras.

Y así pasan los meses, los años y llegamos a un punto en el que se debe combinar profesión y empresa, es decir que el papel de la mujer ya no es sólo empresaria es también gerente, administradora, contadora, ejecutiva, directora de proyecto; siendo ese salario el que amortigua los gastos operativos de la empresa. ¡Ojito! y todavía no se ve como un sueño, sino como una forma de hacer negocio que hasta el momento son gastos.

Algunas logran la sostenibilidad de esa manera, trabajando por un salario fijo e inyectándolo, hasta que valoras si continuar con el negocio que ahí va o continuar con el trabajo que no llena tus expectativas; pero como la espinita de tener lo propio se te ha clavado ya en la mente y has probado que eres capaz, que no deseas seguir oyendo un "No" como respuestas cuando proponés algo en la compañía en la que trabajás, te decís a vos misma: No jodan, si yo tengo de qué vivir.

¡Zas! inicias con más ímpetu, volves casi al mismo lugar  donde empezaste, pero con más sabiduría, más visión, más segura y por qué no decirlo, hasta más encachimbada. Ya no te da miedo el fracaso, porque a esas alturas habrás tenido que pagar montón de dinero que se generó del negocio y estas de pie. Con un poco más de arrugas en la cara, pero de pie.

Las horas de trabajo siguen igual, no descansas jamás, pero ya vas en neutro - diría mi padre- ya no sientes nada y sólo quieres lograrlo. Pagas deudas, te asesoras, ya no te sofocas, porque ya te has estrellado una y otra vez. Tu negocio inició - muy seguramente- como en un 90% bajo el método prueba-error,  prueba-error, pero ahora en esa etapa, donde pasaste la prueba y te dio coraje ver que nada cambia en las empresas en las que consideras poder crecer, comienzas de nuevo por amor o por coraje, da igual.

Por ello, a esas mujeres que están por ahí gravitando aún en el vacío de lo posible y lo intangible; quiero decirles que no tengan miedo, ser mujer y empresaria es posible. Usted sólo tiene que dejarse asesorar o leer mucho sobre el negocio al cual está dirigiendo su esfuerzo; hoy en día existen muchas oportunidades para el desarrollo profesional y personal. Sé que nuestra sociedad esta en desarrollo y existen factores culturales que interfieren, así como los económicos y de oportunidades, pero de eso hablaremos en otra ocasión. Y se los prometo porque vengo con todo.

Tardé mucho en entender mi negocio, pero poco a poco me he ido asesorando y saben qué, encontré mi lugar y he descubierto que mi necesidad sumado a mi experiencia profesional me llevó a construir un sueño llamado SET NET COMUNICACIONES, una pyme comunicacional que está creciendo aún con sus cinco años de existencia y  gracias a la naturaleza de mi empresa, logré conocer mujeres extraordinarias que me dieron la clave para emprender un negocio.

Las historias de esas mujeres son contadas de mujer a mujer y por ello las invito a no perderse esas entrevistas que creo te serán de utilidad si estás iniciando un negocio o deseas alcanzar la sostenibilidad y como dice mi madre: "Donde hay mujeres...nadie muere", un abrazo a toda mi audiencia. Y las dejo con la espinita de oir esas historias que me han animado abrir la caja de pandora sobre este tema.

Paz y bien en sus vidas.


Adelayde Rivas Sotelo
Periodista Directora de SET NET COMUNICACIONES








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